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Vaticano: Papa Francisco sufre nuevas crisis respiratorias; de nuevo con ventilación no invasiva

Un hombre camina en el ala del hospital donde está ingresado el papa Francisco
Un hombre camina en el ala del hospital donde está ingresado el papa Francisco, en la Policlínica Agostino Gemelli en Roma, Italia, el domingo 2 de marzo de 2025.
(Gregorio Borgia / Associated Press)

El papa Francisco sufrió dos nuevos episodios de crisis respiratorias agudas el lunes y le colocaron nuevamente en ventilación mecánica no invasiva, en otro contratiempo en su batalla para combatir la neumonía, informó el Vaticano.

Los médicos extrajeron “copiosas” cantidades de moco de sus pulmones durante dos broncoscopias; le introdujeron un tubo con cámara en sus vías respiratorias con un aspirador en la punta para succionar el líquido. El Vaticano dijo que el moco era la reacción de su cuerpo a la infección original de neumonía y no una nueva infección, dado que las pruebas de laboratorio no indican ninguna nueva bacteria.

Francisco permaneció alerta, orientado y cooperó con el personal médico. El pronóstico sigue siendo reservado. Los médicos no dijeron si permanecía en condición estable, aunque se refirieron a las crisis en tiempo pasado, lo que sugiere que ya habían terminado.

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Las crisis fueron un nuevo contratiempo en lo que se ha convertido en una batalla de más de dos semanas para el papa de 88 años, quien padece de enfermedad pulmonar crónica y, de joven, le extrajeron parte de un pulmón, para superar una infección respiratoria compleja.

El doctor John Coleman, un médico de cuidados críticos pulmonares en Northwestern Medicine en Chicago, dijo que los episodios eran más preocupantes que el del viernes, en el que Francisco tuvo un ataque de tos, inhaló algo de vómito que necesitó extraerse y luego fue puesto en ventilación mecánica no invasiva por un día y luego ya no la necesitó.

El uso de broncoscopias refleja un nivel preocupante de moco y flema en los pulmones, explicó Coleman. “El hecho de que tuvieran que entrar y removerlo manualmente es preocupante, porque significa que no está eliminando las secreciones por sí mismo”, dijo.

“Está dando pequeños pasos hacia adelante y luego pasos hacia atrás”, dijo Coleman, quien no está involucrado en el cuidado de Francisco.

En una actualización ya noche, el Vaticano dijo que los episodios fueron causados por una “acumulación significativa” de moco en sus pulmones y espasmos bronquiales. “Copiosas secreciones” fueron extraídas durante las broncoscopias y el papa fue puesto nuevamente en ventilación mecánica no invasiva, una máscara que cubre su nariz y boca y bombea oxígeno a los pulmones, informó la Santa Sede.

Francisco, quien no es físicamente activo, usa una silla de ruedas y tiene sobrepeso, había estado recibiendo fisioterapia respiratoria para intentar mejorar la función de sus pulmones. Pero la acumulación de secreción en sus pulmones era una señal de que no tiene el tono muscular para toser lo suficientemente fuerte como para expulsar el líquido.

El papa Francisco estaba sentado el miércoles y recibía tratamiento para la neumonía bilateral que padece, dijo el Vaticano, mientras argentinos y romanos se congregaban en la Ciudad Eterna para rezar por su recuperación.

El Vaticano no ha publicado fotos ni videos de Francisco desde antes de que ingresara al hospital el 14 de febrero con una infección pulmonar compleja. Esta se ha convertido en la ausencia más prolongada en su papado de 12 años.

El Vaticano ha defendido la decisión de Francisco de recuperarse en paz y fuera de la vista pública. Pero el lunes, uno de los amigos más cercanos de Francisco en el Vaticano, el arzobispo Vincenzo Paglia, lo instó a dejar que su voz se escuchara, diciendo que el mundo necesita oírla.

“Necesitamos hombres como él que sean verdaderamente universales y no solo unilaterales”, dijo Paglia, hablando después de una conferencia de prensa para lanzar la asamblea anual de su Pontificia Academia para la Vida, la academia de bioética del Vaticano, que tiene como tema de este año “¿El fin del mundo?”.

Francisco escribió un mensaje a la asamblea en que lamentó que las organizaciones internacionales sean cada vez más ineficaces para combatir las amenazas que enfrenta el mundo y estén siendo socavadas por “actitudes miopes preocupadas por proteger intereses particulares y nacionales”. Estaba fechado el 26 de febrero y firmado “desde el Policlínico Gemelli”.

Los médicos a menudo usan ventilación no invasiva para evitar una intubación, o el uso de ventilación mecánica invasiva. Francisco no ha sido intubado durante esta hospitalización. No está claro si ha proporcionado alguna directiva anticipada sobre los límites de su cuidado si decae o pierde la conciencia.

La enseñanza católica sostiene que la vida debe ser defendida desde la concepción hasta la muerte natural. Insiste en que los pacientes con enfermedades crónicas, incluidos aquellos en estado vegetativo, deben recibir cuidados “ordinarios” como hidratación y nutrición, pero los cuidados “extraordinarios” o desproporcionados pueden suspenderse si ya no son beneficiosos o solo prolongan una vida precaria y dolorosa.

Aunque el Vaticano tiene leyes y rituales detallados para garantizar la transferencia de poder cuando un papa muere o renuncia, no se aplican si está enfermo o incluso inconsciente.

Francisco articuló eso en una reunión del cuerpo de bioética de Paglia en 2017, diciendo que no había “obligación de recurrir en todas las circunstancias a todos los remedios posibles”. Añadió: “Esto hace posible una decisión que se califica moralmente como retirada de ‘tratamiento excesivo’”.

Paglia, cuya oficina ayuda a articular la posición de la Iglesia sobre el cuidado al final de la vida, dijo que Francisco es como cualquier otro católico y seguiría la enseñanza eclesiástica si se llegara a eso.

“Hoy el papa nos está dando una enseñanza extraordinaria sobre la fragilidad”, añadió. “Hoy el papa, no a través de palabras sino con su cuerpo, nos está recordando a todos, comenzando por nosotros los ancianos, que todos somos frágiles y por lo tanto necesitamos cuidarnos unos a otros”.

Las 17 noches de hospitalización de Francisco sigue estando lejos del récord papal que se estableció durante las numerosas y prolongadas hospitalizaciones de San Juan Pablo II a lo largo de un cuarto de siglo. La más larga ocurrió en 1981, cuando Juan Pablo pasó 55 días en Gemelli para una operación menor y luego una larga infección que siguió.

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