Tras ataque en Nueva Orleáns, el Superdome reabre para el Sugar Bowl entre Georgia y Notre Dame
NUEVA ORLEÁNS — Las banderas estaban izadas a media asta el jueves frente al Superdome y en los edificios estatales cercanos, mientras los aficionados llegaban un día más tarde de lo previsto para presenciar el Sugar Bowl, un partido que esta temporada forma parte de los cuartos de final del playoff de Fútbol Americano Universitario y que disputaban Notre Dame y Georgia.
Las medidas de seguridad se reforzaron alrededor del estadio poco más de un día después de un ataque perpetrado el miércoles por la madrugada en el cercano Barrio Francés, donde según las autoridades un conductor de una camioneta arremetió deliberadamente contra una multitud durante la celebración de Año Nuevo — matando a 14 personas e hiriendo a más de 30.
El ataque ocurrió en Bourbon Street, que atraviesa el corazón del Barrio Francés y es famosamente conocida por sus bares, restaurantes y clubes, cerca de la esquina de Canal Street, una arteria principal del centro.
La escena del crimen, que se estaba despejando gradualmente para reabrirse al público el jueves por la tarde, está a aproximadamente un kilómetro y medio de distancia del Superdome.
Numerosos agentes de seguridad alrededor del estadio de 70.000 asientos revisaban la zona con ayuda de perros entrenados para detectar explosivos. Los sabuesos rodeaban los coches que entraban al garaje del Superdome y en algunos casos olfateaban bolsas y mochilas.
El partido de cuartos de final del College Football Playoff en el Sugar Bowl entre Georgia y Notre Dame ha sido pospuesto después de que un vehículo arrollara a una multitud durante las celebraciones de Año Nuevo a aproximadamente una milla de distancia, la madrugada del miércoles, matando al menos a 10 personas.
El partido, previsto originalmente para las 7:45 p.m. del miércoles (0145 GMT), se retrasó hasta las 3 p.m. (2100 GMT) del jueves. El ganador avanzará al Orange Bowl del 9 de enero contra Penn State, que triunfó en el Fiesta Bowl.
Si bien muchos aficionados que viajaron extendieron su estandía para presenciar el partido, el aplazamiento significó que algunos no podrían asistir debido a planes de viaje que se consideraron demasiado caros o logísticamente difíciles de cambiar.
Numerosas entradas se ofrecieron en reventa en línea a precios de 30 dólares o menos. Algunas estaban incluso en 23 dólares.
Posponer el partido “fue absolutamente la decisión correcta”, dijo Lisa Borrelli, una residente de Filadelfia, de 34 años que vino a Nueva Orleáns con su prometido, un graduado de Notre Dame de 2011, pero no pudo quedarse para el encuentro.
Borrelli dijo que ella y su pareja habían pagado más de 250 dólares por entrada y no estaban seguros de si las pondrían en reventa porque los precios eran muy bajos.
“Por supuesto que estamos decepcionados de perdérnoslo y de perder tanto dinero en ello, pero al final del día no importa”, dijo Borrelli. “Somos lo suficientemente afortunados como por estar bien”.
El representante federal Troy Carter, demócrata por Luisiana, dijo que la decisión de posponer el partido “no se tomó a la ligera”.
“Se hizo con una sola cosa en mente: la seguridad pública”, dijo.
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, dijo que asistiría al encuentro.
“Créanme, esto es prueba de que esa instalación y esta ciudad son más seguras hoy de lo que eran ayer”, afirmó.
El veterano del ejército estadounidense que condujo una camioneta hacia una multitud que festejaba el Año Nuevo en Nueva Orleans actuó solo, indicó el FBI el jueves, revirtiendo su posición del día anterior de que probablemente se había coludido con otros para realizar el ataque mortal que, según funcionarios, fue inspirado por el grupo Estado Islámico.
Darrell Huckaby, de 72 años y procedente de Athens, Georgia, también decidió regresar a casa el jueves en lugar de quedarse para el partido. Estaba en una habitación de hotel con vista al lugar donde ocurrió el ataque.
Relató que estaba dormido en el momento del atropellamiento colectivo, pero cuando se despertó, pudo ver mantas rosas que cubrían los cadáveres.
“Fue desgarrador”, dijo. “Creo que el primer instinto de la mayoría de las personas esta mañana era querer estar en casa. Por importante que sea el fútbol americano para nuestra cultura en Georgia, por un tiempo el partido simplemente no parecía importar.
El director general del Sugar Bowl, Jeff Hundley, se comprometió el miércoles por la tarde a “establecer un ambiente seguro, eficiente y divertido” el jueves, dentro del Superdome y en los alrededores.
Comunicados de la Asociación Atlética de la Universidad de Georgia y de Notre Dame dijeron que ambas escuelas habían localizado a todo el personal del equipo y miembros de los grupos de viaje oficiales.
El Superdome será también la sede del Super Bowl el 9 de febrero.