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Todo el que conoce a José Pablo López coincide en una cosa: es una de las personas que más sabe del negocio televisivo. De hecho, su larga trayectoria lo confirma: director de Asesoría Jurídica y adjunto a la Dirección General de la Gestora de Inversiones Audiovisuales de laSexta, director general de 13TV, director general de Telemadrid, director general de Contenidos de RTVE y, ahora, presidente de la Televisión Pública. Un currículum que pone de manifiesto que José Pablo López no se casa con nadie más que con lo que él considera que es mejor para la industria televisiva.
Desde que José Manuel López Tornero presentase su dimisión como presidente de RTVE en septiembre de 2022, la Corporación Pública no había vuelto a tener un presidente elegido en el Congreso de los Diputados. Durante más de dos años el ente público ha estado presidido por presidentas interinas que han tenido que hacer frente a la inestabilidad de un cargo no elegido por consenso. Ahora, tras el Decreto Ley aprobado por el Consejo de Ministros y convalidado por el Congreso, el cual transforma el régimen de control de la Corporación Pública y eleva a 15 los consejeros -11 del Congreso y cuatro del Senado-, José Pablo López, el que fuera hasta marzo de este año director de Contenidos Generales de RTVE, ha sido elegido en segunda votación (en la primera no logró los votos suficientes) presidente del ente público gracias a los votos del PSOE y de los socios que han conseguido un asiento en el Consejo de Administración (PNV, Sumar, Junts, ERC y Podemos).

Los rostros del consejo "más politizado" de la historia de RTVE
Será el próximo día 3 cuando el nuevo Consejo de Administración realice lo que muchos consideran una "votación simbólica de cara a la galería", pero que oficializará a José Pablo López como el nuevo presidente de RTVE, un cargo por el que llevaba luchando desde prácticamente su llegada a la Corporación en mayo de 2022 de la mano del propio Tornero. Tan claro estaba que iba a ser él y tan seguro lo tenía tanto el nuevo presidente de RTVE como el propio Gobierno que horas antes de que se realizase la votación, los presidentes del Congreso y el Senado ya habían enviado la invitación para la toma de posesión de López y de los otros 14 consejeros, que tendrá lugar el lunes 2 de diciembre a las 17.00 horas en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso.
Su aterrizaje en RTVE hace dos años puso encima de la mesa, pues él es un gran defensor de que se puede ser televisión pública y competir, la necesidad de que Televisión Española volviera a luchar cara a cara contra los grupos audiovisuales privados. Con él volvió El Grand Prix del Verano a La 1, recuperó el mítico Cifras y Letras, llevó a La 2 el Late Xou de Marc Giró, convirtió La Hora de La 1 de nuevo en una producción de la casa y se trajo, como ya hiciese en Telemadrid, a Silvia Intxaurrondo como codirectora y copresentadora externa por un salario anual máximo de 547.514 euros, muy por encima del de Marc Sala, también codirector y copresentador, pero de la casa. Pero, sobre todo, fue el hombre que trajo a La 1 a David Broncano y su Revuelta. Tan convencido estaba del éxito del jienense que incluso le llegó a costar su destitución. Sin embargo, José Pablo López nunca se llegó a ir del todo de RTVE, pues todos sabían que regresaría y que lo haría como el nuevo presidente.
Durante el tiempo que estuvo como director general de Contenidos su batalla con Elena Sánchez, la entonces presidenta interina de la Corporación Pública, fue diaria y tan cruenta que los dos acabaron siendo destituidos el mismo día con una diferencia de tan solo 10 minutos y una votación. Sus visiones antagónicas de lo que cada uno consideraba que tenía que ser una televisión pública, les llevó a enfrentarse en más de una vez siempre de puertas hacia dentro convirtiendo el ambiente de la Corporación Pública en irrespirable.
De esa guerra llegaron grandes batallas, como el fallido fichaje de Belén Esteban, que Elena Sánchez bloqueó tras estar prácticamente cerrado gracias a José Pablo López. De aquí también el inmenso gasto en programas por debajo de los dos millones de coste a los que López dio el visto bueno sin la necesidad de pasar por el Consejo de Administración y que, en parte, han contribuido al agujero que ahora mismo tiene en sus cuentas RTVE de 47 millones de euros que se prevé lleguen hasta los 60. Y de aquí también el conocido como el Consejo de Puerto Urraco en el que el enfrentamiento entre Elena Sánchez y José Pablo López por el fichaje de David Broncano terminó con los dos destituidos y con el entonces secretario general de la Corporación, Alfonso Morales, dimitiendo para allanar el camino y que Concepción Cascajosa fuera elegida presidenta interina en sustitución de Sánchez.
"Yo lo propuse, lo confieso, y lo propuse sin que nadie me lo sugiriera. Tampoco me lo sugirió el presidente del Gobierno. Creo que he demostrado durante este tiempo que tengo criterio, autonomía en las decisiones que tomo", declaró López durante su intervención ante la comisión de Nombramientos del Congreso, en la cual abogó en el Congreso por reducir el organigrama directivo de RTVE, uno de los primeros escollos a los que tendrá que enfrentar en cuanto tome posesión. La realidad, como reveló EL MUNDO y como confirmaron a posteriori algunos de los consejeros saliente, como José Manuel Martín Medem, las presiones desde Moncloa fueron brutales, especialmente, hacia Elena Sánchez, que terminó aquella escabechina de baja por enfermedad.
José Pablo López tuvo la visión, como ya demostró en sus años como director general de Telemadrid, de que RTVE podía ser una televisión competitiva, y no cejó nunca en su empeño hasta llevar a La 1 al segundo puesto de televisiones más vistas. Consiguió traerse a David Broncano a costa de él mismo, convencido de que iba a ser un éxito. Acertó. Fue el único que lo hizo.
Los datos de La Revuelta en una franja que muchas televisiones habían dado por perdida confirman el talento de López para ver el éxito en televisión donde otros no lo ven. Sin embargo, ese empeño por fichar a David Broncano costase lo que costase provocó que la guerra hasta entonces batallada de puertas hacia dentro se convirtiera en pública. De hecho, esa guerra se volvió más cruenta cuando presentó ante Elena Sánchez un preacuerdo con David Broncano que incluía tres temporadas sin share de corte, algo que nunca había ocurrido en las contrataciones de RTVE. Elena Sánchez se negó en rotundo. Ella era el escollo de López para sacar adelante el fichaje y gracias a ella y a su obsesión con que ese contrato no podía firmarse con esas cláusulas la que consiguió paralizarlo y que el Consejo de Administración, ya con Cascajosa como presidenta, incluyera algunos puntos más favorables y menos escandalosos para RTVE.
Pero más allá del fichaje de Broncano, de haberse quedado un Consejo de Administración descompuesto, está la consecuencia que ha llevado a José Pablo López hasta la presidencia de RTVE. Aquel Consejo de Administración fue la mecha que encendió la chispa para el "decretazo" del Gobierno para controlar RTVE. Un Real Decreto que ha elevado el número de miembros del Consejo a 15 (nunca ha habido tantos) y que deja al Senado con prácticamente un poder nulo de tan solo cuatro consejeros del Senado -donde el PP tiene mayoría- frente a los 11 que ha elegido el Congreso de los cuales sólo José Pablo López tiene un perfil claramente técnico. "El Consejo más politizado de la historia", fue la descripción de muchos trabajadores de RTVE al conocer los nombres de los elegidos: José Pablo López, Rosa León, Esther de la Mata, Angélica Rubio y Mercedes de Pablos Candón, de la mano del PSOE; Eladio Jareño Ruiz, Rubén Moreno Palanques, Marina Vila Menor e Ignacio Ruiz Jarabo, de la mano del PP; María Teresa Martín y Marta Ribas, por Sumar; Miquel Calçada Olliveras, por Junts; Sergi Sol, por ERC; Mariano Muniesa, por Podemos; y María Roncesvalles Solana, por el PNV.
Además, y aquí está la clave, el Real Decreto otorga todos los poderes al presidente de la Corporación, es decir, a José Pablo López, pues puede "nombrar y cesar al equipo directivo de la Corporación" sin tener que someterse a la votación del Consejo de Administración. Esto es una competencia que no existía, pues el nombramiento de la alta dirección y de la dirección dependía de la votación de los consejeros. Y aquí es donde José Pablo López se va a encontrar el primer motín, pues su intención es rebajar estos cargos y agitar los nombramientos. Se espera, según han relatado fuentes de RTVE a este periódico, que muchos de los que están ahora sean destituidos o sustituidos. "Ya hay muchos que se están despidiendo", afirman desde dentro de la Corporación, refiriéndose en particular a todos aquellos que eran pro Elena Sánchez.
Además, el "decretazo" permite al presidente "aprobar la organización básica de la Corporación de RTVE y sus modificaciones", otra competencia que no estaba en manos del presidente. También, "aprobar todos los contratos, convenios, acuerdos y negocios jurídicos no incluídos en el artículo 16.4 g) de esta ley", referido a todo lo que esté fuera de las directrices básicas en materia de personal, que dependen del Consejo y en los que se incluyen los famosos contratos por debajo de 2 millones de coste. Estos no necesitan pasar por el Consejo de Administración, pero ahora blinda que sea el presidente el que pueda decidir todos los tipos de contratos de la cantidad que sean sin que tengan que ser sometidos a la votación del Consejo de Administración. Es decir, José Pablo López no tendrá que enfrentarse a una batalla como la que produjo el fichaje de Broncano.
Y, por último, y probablemente la que más poder da al presidente: "Conferir y revocar poderes". Esta competencia hasta ahora era de los consejeros, a partir de ahora dependerá sólo de él.
José Pablo López siempre se postuló como el futuro presidente de RTVE, pero el mandato marco de la Televisión Pública se lo impedía, pues para ser presidente tienes que ser miembro del Consejo de Administración y José Pablo López era Alta Dirección. Tras la elección de los consejeros, su elección como presidente estaba clara y allanado el camino para ello. Él llevó a la La 1 a convertirse en la segunda cadena más vista, él trajo más entretenimiento, más series, más documentales y mas producciones externas, pues López quería levantar a RTVE. Ahora, como presidente, su objetivo seguirá siendo el mismo, pero con más poder y sin que nadie pueda poner freno a sus intenciones.